El Humanismo. Florencia 1998. Entrevista a Silo.

Reflexionando cartas a mis amigos y 15m

Hace pocos días recibí un email de un compañero del 15M, con esta reflexión.

Quisiera aportar a está reflexión, de repensarse, para seguir caminando en dirección al futuro. Para ello, para repensar, estoy releyendo de nuevo "Cartas a mis amigos" de Silo, y aporto dos capítulos para la reflexión, que considero plenamente actuales (como todo el libro). 

Carta II, pag.- 10 y 11.

4. Los factores positivos del cambio
El desarrollo científico y tecnológico no puede ser cuestionado por el hecho de que algunos adelantos hayan sido o sean utilizados en contra de la vida y el bienestar. En los casos en que se cuestiona a la tecnología se debería hacer una previa reflexión respecto a las características del sistema que utiliza el avance del saber con fines espurios. El progreso en medicina, comunicaciones, robótica, ingeniería genética y otros tantos campos, desde luego que puede ser aprovechado en dirección destructiva. Otro tanto vale respecto a la utilización de la técnica en la explotación irracional de recursos, polución industrial, contaminación y deterioro ambiental. Pero todo ello denuncia el signo negativo que comanda la economía y los sistemas sociales. Así, bien sabemos que hoy se está en condiciones de solucionar los problemas de alimentación de toda la humanidad y sin embargo comprobamos a diario que existen hambrunas, desnutrición y padecimientos infrahumanos porque el sistema no está en disposición de abocarse a esos problemas resignando sus fabulosas ganancias a cambio de una mejora global del nivel humano. También advertimos que las tendencias hacia las regionalizaciones y, finalmente, hacia la mundialización están siendo manipuladas por intereses particulares en desmedro de los grandes conjuntos. Pero está claro que aún en esa distorsión se abre paso el proceso hacia una nación humana universal. El cambio acelerado que se está presentando en el mundo lleva a una crisis global del sistema y a un consecuente reordenamiento de factores. Todo ello será la condición necesaria para lograr una estabilidad aceptable y un desarrollo armónico del planeta. Por consiguiente, a pesar de las tragedias que pueden avisorarse en la descomposición de este sistema global actual la especie humana prevalecerá sobre todo interés particular. En la comprensión de la dirección de la historia que comenzó en nuestros antepasados homínidas radica nuestra fe en el futuro. Esta especie que ha trabajado y luchado durante millones de años para vencer el dolor y el sufrimiento no sucumbirá en el absurdo. Por ello es necesario comprender procesos más amplios que simples coyunturas y apoyar todo lo que marche en dirección evolutiva aún cuando no se vean sus resultados inmediatos. El descorazonamiento de los seres humanos valerosos y solidarios retrasa el paso de la historia. Pero es difícil comprender ese sentido si la vida personal no se organiza y orienta también en dirección positiva. Aquí no están en juego factores mecánicos o determinismos históricos, está en juego la intención humana que tiende a abrirse paso ante todas las dificultades.
Espero, mis amigos, pasar a temas más reconfortantes en la próxima carta dejando de lado la observación de factores negativos para esbozar propuestas acordes con nuestra fe en un futuro mejor para todos.

Reciban con esta, un gran saludo.
5 de diciembre de 1991

Carta III, Pag. 15,16.
13. La adaptación creciente como avance hacia la coherencia
Consideremos el tema de la dirección, de la coherencia que queremos lograr. Adaptarnos a ciertas situaciones tendrá que ver con esa propuesta porque adaptarnos a lo que nos lleva en dirección opuesta a la coherencia es una gran incoherencia. Los oportunistas padecen de una gran miopía respecto a este tema. Ellos consideran que la mejor forma de vivir es la aceptación de todo, es la adaptación a todo; piensan que aceptar todo siempre que provenga de quienes tienen poder, es una gran adaptación, pero es claro que su vida dependiente está muy lejos de lo que entendemos por coherencia. Distinguimos entre la desadaptación que nos impide ampliar nuestra influencia, la adaptación decreciente que nos deja en la aceptación de las condiciones establecidas y la adaptación creciente que hace crecer nuestra influencia en dirección a las propuestas que hemos venido comentando.

Sinteticemos lo dicho:
1. Hay un cambio veloz en el mundo, motorizado por la revolución tecnológica, que está chocando con las estructuras establecidas y con la formación y los hábitos de vida de las sociedades y los individuos.

2. Este desfasaje genera crisis progresivas en todos los campos y no hay por qué suponer que va a detenerse sino, inversamente, tenderá a incrementarse.

3. Lo inesperado de los acontecimientos impide prever qué dirección tomarán los hechos, las personas que nos rodean y, en definitiva, nuestra propia vida.

4. Muchas de las cosas que pensábamos y creíamos ya no nos sirven. Tampoco están a la vista soluciones que provengan de una sociedad, unas instituciones y unos individuos que padecen el mismo mal.

5. Si decidimos trabajar para hacer frente a estos problemas tendremos que dar dirección a nuestra vida buscando coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Como no estamos aislados esa coherencia tendrá que llegar a la relación con otros, tratándolos del modo que queremos para nosotros. Estas dos propuestas no pueden ser cumplidas rigurosamente, pero constituyen la dirección que necesitamos sobre todo si las tomamos como referencias permanentes y profundizamos en ellas.

6. Vivimos en relación inmediata con otros y es en ese medio donde hemos de actuar para dar dirección favorable a nuestra situación. Esta no es una cuestión psicológica, una cuestión que pueda arreglarse en la cabeza aislada de los individuos, este es un tema relacionado con la situación en que se vive.

7. Siendo consecuentes con las propuestas que tratamos de llevar adelante, llegaremos a la conclusión que lo positivo para nosotros y nuestro medio inmediato debe ser ampliado a toda la sociedad. Junto a otros que coinciden en la misma dirección implementaremos los medios más adecuados para que una nueva solidaridad encuentre su rumbo. Por ello, aún actuando tan específicamente en nuestro medio inmediato, no perderemos de vista una situación global que afecta a todos los seres humanos y que requiere de nuestra ayuda así como nosotros necesitamos la ayuda de los demás.

8. Los cambios inesperados nos llevan a plantear seriamente la necesidad de direccionar nuestra vida.

9. La coherencia no empieza y termina en uno sino que está relacionada con un medio, con otras personas. La solidaridad es un aspecto de la coherencia personal.

10. La proporción en las acciones consiste en establecer prioridades de vida y operar en base a ellas evitando que se desequilibren.

11. La oportunidad del accionar tiene en cuenta retroceder ante una gran fuerza y avanzar con resolución cuando esta se debilita. Esta idea es importante a los efectos de producir cambios en la dirección de la vida si estamos sometidos a la contradicción.

12. Es tan inconveniente la desadaptación en un medio sobre el que no podemos cambiar nada, como la adaptación decreciente en la que nos limitamos a aceptar las condiciones establecidas. La adaptación creciente consiste en el aumento de nuestra influencia en el medio y en dirección coherente.

Reciban con ésta, un gran saludo.

17 de diciembre de 1991

Y cvomo ilustración de esta reflexión la Presentación del libro Cartas a mis amigos realizada por Silo en 1994.

Cartas a mis Amigos. Silo (Presentación del libro. Chile, 14.05.94) 

http://www.youtube.com/watch?v=0KkPMvRyO1o&feature=related


Una entrevista realizada a Silo en 2006, nos aclara muchos puntos a saber sobre el Humanismo, el Mensaje de Silo... y la actualidad...



"En las cosas del espíritu, pueden darse algunas herramientas pero en definitiva uno mismo es el artesano, uno mismo realiza su experiencia.

Cuando digo: 'Siente, piensa y actúa en la misma dirección' estoy exhortando a que se realice una nueva experiencia de la que cada uno debe extraer sus consecuencias.

"Cuando invito a la meditación, sugiero que cada cual experimente el silencio y escuche la voz de su conciencia.

"Cuando digo: 'Actúa sin violencia' doy referencias para que las experiencias fundamentales tengan un ámbito en el cual echar raíces."

SILO ("La segunda arenga prohibida" - Agosto de 1.969) 


Inicios del siloísmo

MEMORIAS DE LA INTENCIONALIDAD TRASCENDENTE EN JUJUY por Pedro Raúl Noro
de Amigos Parque Yala, el Domingo, 10 de julio de 2011, 4:07
Consideraciones previas
Para hablar del tema que nos interesa, vale una aclaración previa. La memoria es frágil y, más aún, la memoria subjetiva individual sobre el asunto que se va a relatar, que sucedió hace poco menos de 40 años. Largo tiempo dentro del límite de la vida de una persona. Por lo cual, para garantizar, de alguna manera, cierta aproximación a lo realmente sucedido en los breves escritos que se van a leer, vamos a hacer una humilde invocación:
"Oh diosa Mnemosine,/ madre de las nueve musas,/ inspiradora del arte y de lo creativo, / promotora de las ciencias,/ faro de la cultura que los humanos buscan,/ ayúdame a ser fiel e imparcial en el relato …"

Jujuy 1
El Che Guevara fue muerto en Octubre de 1967, en Valle Grande, Bolivia. Ese mismo año y ese mismo mes, unos 500 kilómetros más al sur, en una alejada comarca del norte argentino, concretamente en el paraje rural de El Arenal, cerca de la ciudad de San Pedro de Jujuy, un grupo de 12 jóvenes latinoamericanos –ninguno de ellos mayor de 30 años-, dirigido por Silo, estudiaba el complejo funcionamiento de la conciencia, en una situación de relativo aislamiento.
Tales estudios fueron encarados en una vivienda que, como tarea complementaria, los partícipes construyeron con materiales de la zona, a fin de que les sirviera como ámbito físico. Simultáneamente, se entregaban a un intrincado sistema de ejercitaciones.
En lo que por entonces se denominó Base 1 (el primer retiro de lo que posteriormente fue el Movimiento Humanista), y, entre otras experiencias de autoconocimiento, se efectuaban distinto tipo de ejercicios para testear el funcionamiento de los centros, se exploraban las condiciones y el desarrollo de la percepción, la memoria y, sobre todo, las diferentes características de la atención. Asimismo se planteaban trabajos puntuales referidos a la auto-observación.
El condicionamiento del cuerpo, la influencia del medio sobre el yo y del yo sobre el medio, no estaban alejados de tales propuestas, en el marco de la búsqueda del despertar.
En ocasiones y para celebrar algún tipo de acontecimiento, se realizaban sencillas ceremonias en la humilde sala de estar de la vivienda en cuestión. ¿En qué consistían las ceremonias? Por ejemplo, se vocalizaban, en conjunto, ciertas notas, cuya vibración armonizaba con distintos centros, en un marco de serena atención.
Un día de octubre, el acontecimiento, fue un eclipse total de sol. Algunos jóvenes jujeños, de la capital de la provincia, fueron invitados a participar del evento. Los visitantes informaron a Silo y al grupo, de la muerte del Che Guevara cuya noticia se había difundido por los diarios del día anterior. Silo escuchó la noticia, miró un momento hacia el horizonte y, después de un instante de silencio, se preguntó: -"Han matado el Che?... aquí está naciendo algo nuevo y muy hondo…"
Para dar un contexto histórico, el mayo francés todavía no había sucedido, aunque la rebelión generacional –con sus variopintas manifestaciones- comenzaba a extenderse por toda la tierra. Las creencias en la revolución armada, para parir el "hombre nuevo", se encontraban en la cúspide de su manifestación, mientras el ideal de la no-violencia activa renacía en algunos corazones.
Esa noche, luego de la ceremonia mencionada más arriba, bajo una luna llena que iluminaba con su luz de plata hasta el último recinto del bosque circundante, el Maestro regaló la charla "Accidente y Destino".
Cabe también decir que, posteriormente, esos jóvenes fueron detenidos al ser sindicados, intencionalmente, como guerrilleros. El pretexto era que habían robado algunas herramientas de labranza. Es que el gobierno militar de entonces no aceptaba aquello que no entendía y lo consideraba enemigo. Por supuesto, a los pocos días, fueron dejados en libertad. La casa había sido ametrallada y, durante esa acción, un impertinente oficial dijo algo como "-después de esto, se acabaron…"
Sin darle demasiada importancia a ese bárbaro suceso los jóvenes volvieron al trabajo y luego de completada la etapa correspondiente a tales estudios, se dispersaron hacia los cuatro puntos cardinales llevando los primeros atisbos de un nuevo mensaje a la humanidad: "Hay que salvar al hombre de la venganza…"

Jujuy 2
El 20 de Julio de 1969, el hombre puso su pie en la luna y Silo volvió a Jujuy. Su intención era lanzar una Arenga pública en la localidad de Yala, a unos 14 kilómetros de la ciudad de San Salvador de Jujuy, en la puerta de entrada a la Quebrada de Humahuaca.
El sentido de tal comunicación, estaba relacionado con la reafirmación del claro mensaje ya manifestado en Punta de Vacas, el 4 de Mayo de ese mismo año, pero, en este caso, con un fuerte contenido americanista.
En Jujuy, la cultura andina se encontraba muy arraigada en la conciencia de sus habitantes y la reverencia a la tierra, la Pachamama, era y es una impronta profunda.
Miles de personas se acercaron a verlo y escucharlo, incluyendo unos bailarines indígenas conocidos como los semilantes, pero no pudieron hacerlo porque la policía de la dictadura militar, se lo impidió.
No obstante ello, el Maestro grabó igualmente su mensaje ante unos pocos, en el cual, en una de sus frases sentenció: "América; despierta y levántate ha llegado la hora de tu misión…!" y, más adelante: "a partir de ahora, la historia deberá contar con el Espíritu de América".
Esa misma noche, se refirió al salto espacial que había dado la humanidad en el terreno de la tecnología y lo relacionó con el salto cualitativo de la conciencia que se había producido, perceptualmente, en el techo de la cordillera de los Andes. Era el comienzo de una nueva alianza con lo trascendente. En un lenguaje más enigmático habló también del tema del control del tiempo y de la energía y de muchos otros asuntos.
Como en aquella charla en El Arenal, dos años antes, esa noche la luna llena –horadada por los pies de un hombre- brillaba con inusitado esplendor. Cuando quienes lo acompañaban se fueron a descansar, una suave y profunda alegría inundó el pecho de todos.

Jujuy 3
¿Qué es la intención trascendente? ¿Una fuerza, una energía? ¿Un mandato (espiritual) de lo alto que pugna por manifestarse en el mundo medio, el mundo de los fenómenos materiales? No lo sé. Nadie sabe donde aparece ni porqué. Pero lo que sí se sabe es que, cuando surge, se manifiesta como una presión, un impulso, una suerte de fuego que no quema las manos -una energía de búsqueda que crece desde las vísceras mismas-, y que imprime al alma con la necesidad de una resolución.
En otras palabras es algo que, cuando se encarna, empuja a construir monumentos, símbolos, organizaciones, obras de arte, enseñanzas, producidos de distinto tipo que alivien la conciencia de un peso milenario y no coyuntural y dejen señales vivas, en esta tierra, hitos que indiquen un horizonte transformador para la humanidad.
En el caso nuestro, tal mandato espiritual es evidente y parece oportuno relatar su tercera manifestación en Jujuy. En el año 71, Silo convocó a un grupo de personas a un nuevo retiro, en este caso en la localidad de Yala. Allí, dos años antes, había intentado dar su arenga que fue impedida por la policía y que hemos recordado en el Jujuy 2.
En ese mismo lugar y posteriormente, sucesivas camadas de jóvenes amigos –provenientes desde distintos puntos del país y de países vecinos, fruto de la expansión de base 1 y 2- ya habían construido, con esfuerzo, una vivienda con paredes de piedra, para albergar grupos de estudios que se congregaban, por dos o tres meses, en campos o bases, según el lenguaje de la época.
Para acceder al predio había que cruzar el río del mismo nombre, a través de un pequeño puente colgante, que había sido construido, igualmente, por los entusiastas partícipes de tales estudios.



Cuando llegó Silo, observó lo hecho y decidió, de inmediato, agrandar las instalaciones para dotar de confort mínimo al lugar. Así, en alrededor de un mes se construyó otra casa, también de piedra; instalaciones sanitarias y accesorios menores con un ritmo vertiginoso que, dicho sea de paso, sirvió para movilizar el cuerpo y refrescar los centros de control.
El encuentro duró unos dos meses y en ese período pasaron tantas cosas significativas, algunas de ellas extrañas y asombrosas –que no van a ser relatadas-, que su enumeración sería demasiado extensa. Estamos hablando de intangibles, de sospechas de un sentido mayor, de estímulos provenientes de la magistratura cuyos resultados y comprensión, en ocasiones, superaban a los mismos integrantes no por falta de interés, sino por los condicionamientos surgidos de los ensueños derivados de las tendencias subjetivas de cada cual.
Dicho de otra manera: en algunos, como por ejemplo en quién esto escribe, la cabeza pesaba como obstáculo cierto para el adecuado entendimiento de los temas propuestos.
Ahora, 37 años después de aquella convocatoria, se hace muy clara la intención del Maestro, su paciencia, su bondad, su modo de insistir –a través de la teoría y de la práctica y casi como un juego- en el develamiento de tales intangibles. Para decir alguno de ellos: los ensueños como compensación estructuradora de la realidad; la luz como origen del universo; las leyes universales; la posibilidad del cambio de cualidad de la sustancia a través de una disciplina (en este caso la alquimia); el funcionamiento de la energía en los fenómenos paranormales, etc.
En los dos o tres años siguientes al retiro en cuestión, el establecimiento del Centro de Trabajo en Córdoba; la aparición de la Mirada Interna y los Cuadernos de Escuela (en particular "La forma pura", "La Religión Interior" y las consideraciones acerca de la experiencia de la fuerza), profundizaron y esclarecieron los temas mencionados los que comenzaron a ser mejor comprendidos por los amigos que se interesaron en ellos.
¡Que días se vivieron en Yala...! Era verdaderamente extraordinario levantarse y acostarse con el acompañamiento del instructor cuya energía e interés, incesantes, se prodigaba y contagiaba a todos - tal cual sucede con el polvo de proyección-, en cada momento y en cada circunstancia. Uno de los partícipes, había traído consigo un simpático perro, Camilo se llamaba, conciencia simple y dispuesta que alegraba a todos y en particular al Maestro, con sus fiestas, saltos y volteretas…
En ocasiones y en las noches –luego de los trabajos propuestos-, el tema del sentimiento religioso se aposentaba en el salón de reuniones y era objeto de distintos tratamientos. No pocos se quedaban intercambiando, hasta la madrugada, en el real significado de la trascendencia, la diferencia entre conciencia y mente y también, el sentido profundo de los monasterios fundados por las grandes religiones.
En el caso de los trabajos de Alquimia que se hicieron, solo puedo decir que quedó en claro la diferencia entre Alquimia y Espagiria; es decir, entre las operaciones mentales y las modificaciones y/o transformación de la sustancia en el laboratorio, modificaciones que, obviamente, la intención de la mente inducía y esperaba con atenta unción.
Una anécdota: un día, en uno de los pasos de la Alquimia material -la Montaña-, hubo necesidad de operar en un crisol con más de 1.000 grados. No había electricidad en Yala ni fuegos adecuados para tal operación. El maestro y tres personas y, en las manos de una de ellas, el crisol de cerámica, cubierto con un paño y sostenido con extremo cuidado, tuvieron que desplazarse a la ciudad, como pasajeros comunes, en el ómnibus urbano.
Aquí, con el permiso de los lectores, voy a relatar el hecho en primera persona: la ciudad de Jujuy tiene distintos niveles, porque es una ciudad escarpada y montañosa que desciende hacia la playa de los ríos que la abrazan. Llegamos a una avenida; cruzamos la calle y comenzamos a descender, en un clima casi mítico, una escalera que nos llevaba a un barrio bajo, donde vivía un viejo herrero con el cual habíamos hecho contacto previamente.
Tocamos la puerta del taller, salió el viejo y dijo -pasen. Le fue explicado que necesitábamos soldadura de altísima temperatura sobre la sustancia que se encontraba en el crisol, con tales y cuales condiciones. Sin demasiadas palabras, el herrero se puso las gafas protectoras -y renegando, como todo viejo-, comenzó con su oficio, sin saber que se trataba de un procedimiento cuidadoso, más que milenario, que seguramente se había repetido, generación tras generación, en otras épocas y países lejanos.

El maestro, con mirada atenta, seguía la operación y daba dos o tres sugerencias. El viejo, sorprendido por lo extraño que resultaban los fuegos sobre un pequeño crisol de cerámica, finalmente terminó su trabajo. Sonriente, dijo "-ya está…" Le dimos unos pesos, le agradecimos y salimos a la calle con una sensación de expansión indescriptible.