Señales

LAS SEÑALES QUE EL SER HUMANO TRADUCE VIENEN EN EL "EQUIPO" CON EL QUE NACE. Silo 2006

"De pronto todo anda muy mal para los seres humanos de una región en una época y en medio de todo ese caos hay cosas que el humano imagina y le dan sentido; esas cosas que le dan sentido pueden ser las relaciones que él establece con sus dioses en esos espacios y tiempos que él registra que están más allá de su espacio y su tiempo habitual y más allá de su muerte.
 

Lo que realmente sucede es que el ser humano de esa época traduce esas señales que provienen de esos otros espacios y tiempos; las puede traducir de maneras diferentes, como dioses, diosas, muchos dioses, un solo dios... sin dioses...
 

Lo que importa es la traducción de esas señales. Es la traducción de lo interno profundo lo que produce grandes cosas en el desarrollo de las religiones."

Pregunta: ¿De dónde provienen, esas señales que el ser humano traduce?
Las señales que dan origen al mito vienen en “el equipo” con que nace el ser humano y pueden ser traducidas de muy diversas maneras, otra cosa es que las escuche y las traduzca. Esas señales vienen en “el equipo” de todos los seres humanos, escuchar o no escuchar esas señales es lo que hace la diferencia.

Pregunta: ¿A partir de qué momento de la vida se ponen en marcha esas señales?
Muy al comienzo de la vida de una persona, desde que es muy niño.

Pregunta: ¿Si todos los seres humanos traen en “su equipo” los mismos sistemas de señales porque tan diferentes traducciones?
La diferencia no está en las señales sino en la traducción que se hace de esas señales.

Pregunta: ¿Qué determina la traducción de esas señales?
Los condicionamientos de la percepción.

Pregunta: ¿Qué significa “condicionamientos de la percepción” ?
La estructura de la percepción depende del mundo que ves afuera de la piel, el mundo del espacio y del tiempo del yo.
No te confundas con que tus imágenes, pensamientos, emociones, registros son de otro mundo. Las imágenes que están en tu memoria son imágenes del mundo de afuera; los registros que experimentas en tu cenestesia son registros de tu interacción con ese mundo; las emociones son emociones de tu interacción con ese mundo. Los pensamientos son pensamientos con base en ese mundo.
De los espacios y tiempos de mundo interno profundo, que trasciende a este, no hay percepción.


El jinete y su sombra

EL JINETE Y SU SOMBRA (El paisaje Interno) SILO.
 

Cuando el sol arreboló el camino, la silueta se alargó entre piedras y severos matorrales. Y el jinete fue enlenteciendo la marcha hasta que se detuvo muy cerca de un fuego joven. Y un hombre viejo, que con sus manos acariciaba las llamas, saludó al jinete. Este desmontó y ambos hablaron. Luego el jinete continuó su camino.
 
Cuando la sombra cayó bajo los cascos del caballo, el jinete se detuvo un instante e intercambió palabras con un hombre que lo detuvo a la vera del camino.
 

Cuando la sombra se alargó a espaldas del jinete, éste ya no aminoró el paso. Y un joven que quiso detenerlo alcanzó a gritar: “¡Vas en dirección opuesta!”.
 

Pero la noche desmontó al jinete y éste sólo vio la sombra en su alma. Entonces, suspirando para sí y las estrellas, dijo:
“En un mismo día un viejo me habló de la soledad, la enfermedad y la muerte; un hombre, acerca de cómo son las cosas y las realidades de la vida. Finalmente, un joven ni siquiera me habló sino que gritando quiso desviar mi camino en dirección desconocida. El viejo sentía temor a perder sus cosas y su vida; el hombre, temor por no alcanzar a tomar lo que creía que eran sus cosas y su vida. Y el joven, temor a no poder escapar de sus cosas y su vida.
 

Extraños encuentros éstos en los que el anciano sufre por el corto futuro y se refugia en su largo pasado. El hombre sufre por su situación actual buscando abrigo en lo que pasó o habrá de suceder, según se lo ajuste por el frente o por atrás. Y el joven sufre porque un corto pasado muerde sus talones impulsando su fuga hacia el largo futuro. 

Sin embargo, reconozco en el rostro de los tres mi propio rostro y me parece advertir que todo ser humano, sea cual fuere su edad, puede transitar por esos tiempos y ver en ellos fantasmas que no existen. ¿O existe hoy aquella ofensa de mi juventud? ¿O existe hoy mi vejez? ¿O anida hoy, en esta oscuridad, mi muerte?
 

Todo sufrimiento se desliza por recuerdo, por imaginación, o por aquello que se percibe. Pero gracias a esas tres vías existe el pensamiento y el afecto y el quehacer humano. Ha de ser, entonces, que si esas vías son necesarias también son conductos de destrucción si las contamina el sufrimiento.
 

¿Pero no será el sufrimiento el aviso que nos da la vida cuando su correntada es invertida? La vida puede ser invertida por algo (para mí desconocido), que se hace con ella. 

Así pues ese anciano, ese hombre y ese joven, algo han hecho con sus vidas para que ellas se inviertan”.
 

Entonces el jinete que meditaba en la oscuridad de la noche se durmió. Y al dormirse soñó y en su sueño se iluminó el paisaje. Allí estaba en el centro de un espacio triangular, amurallado por espejos. Los espejos reflejaban su imagen, multiplicándola. Según escogiera una dirección, se veía como anciano; al tomar otra, su rostro era de hombre o, finalmente, de muchacho... 

Pero él se sentía como un niño, en el centro de sí mismo.
 

Entonces sucedió que todo comenzó a oscurecerse y cuando no pudo reconocer más que una pesada oscuridad, despertó. 

Abrió los ojos y vio la luz del sol. Luego montó en su cabalgadura y al ver que la sombra se alargaba, dijo para sí: “Es la contradicción la que invierte la vida y genera sufrimiento... El sol se opone para que el día sea noche pero el día será según lo que yo haga con él”.