Debería quedar en claro así, que la opción no es cambiar o no cambiar, sino que, es cómo o qué cambiar, si vamos a participar como agentes o como meros pacientes del cambio, pero éste, en sí mismo, es inevitable. Esa es la opción y no otra; el de optar por la no elección es una elección, nos guste o no.
Cada acción, cada movimiento de mi cuerpo, de mi mente o de mis emociones produce cambios en el medio que me rodea, produce transformaciones. La alegría o tristeza con que doy las gracias o pido un favor, producen consecuencias a mi alrededor y esas consecuencias serán las respuestas del medio hacia mi, produciendo en mi, cambios y transformaciones en todo momento.
Cada acción, cada movimiento de mi cuerpo, de mi mente o de mis emociones produce cambios en el medio que me rodea, produce transformaciones. La alegría o tristeza con que doy las gracias o pido un favor, producen consecuencias a mi alrededor y esas consecuencias serán las respuestas del medio hacia mi, produciendo en mi, cambios y transformaciones en todo momento.
Hemos dicho que una de las principales resistencias del ser humano en su vida es el reconocer que lo único que existe de permanente es el permanente cambio. Hemos dicho también que el medio cambiante nos pone condiciones que nos influyen y provocan transformaciones en nosotros.
Debería quedar en claro así, que la opción no es cambiar o no cambiar, sino que, es cómo o qué cambiar, si vamos a participar como agentes o como meros pacientes del cambio, pero éste, en sí mismo, es inevitable. Esa es la opción y no otra; el de optar por la no elección es una elección, nos guste o no.
Cada acción, cada movimiento de mi cuerpo, de mi mente o de mis emociones produce cambios en el medio que me rodea, produce transformaciones. La alegría o tristeza con que doy las gracias o pido un favor, producen consecuencias a mi alrededor y esas consecuencias serán las respuestas del medio hacia mi, produciendo en mi, cambios y transformaciones en todo momento.
Es esta hora en que el hombre duda frente a un medio que aparece como inestable, nosotros pretendemos ofrecerle ese ámbito que mencionamos, ese medio que le servirá de referencia dándole lo que más necesita en estas circunstancias: dirección y fe.
Pero aún teniendo ese medio posibilitario que abre el futuro y le da dirección, nada será posible si no nos decidimos resueltamente a actuar provocando nosotros ese cambio, si no nos decidimos a ser protagonistas de nuestra propia historia y nuestro propio destino, ya que la gran diferencia con los demás seres vivos y con el resto de la naturaleza, lo que nos define como humanos es nuestra capacidad de intencionalidad, esa intencionalidad que nos permite optar, elegir entre el gris quietismo autodestructivo y la luminosa posibilidad de crecer infinitamente.
Así, la pregunta es si seremos espectadores de la vida o promotores de acciones que organicen la transformación a nuestro alrededor, reales transformadores vitales que midan y proyecten en su accionar las consecuencias que produciremos en nosotros y en otros.
Debes entonces asumir y dar una respuesta de suprema rebeldía constructiva a este medio en crisis y cambiante y así nuestra propuesta es la acción que promueve la simultánea modificación personal y del medio, aquella acción que provoca el cambio intencionalmente y lo dirige con un sentido de futuro abierto, amplio, generoso, y así verás pronto renacer con fuerza en el corazón de los hombres y los pueblos, la luz de la vida.
Nuestra propuesta es la alegre, resuelta y permanente Acción Transformadora; acción transformadora que es aquella plena de intencionalidad orientada al cambio humanizador de nosotros mismos, del medio que nos rodea y de toda esta tierra, nuestra tierra.